El ecodiseño se entiende por la integración de criterios ambientales en el diseño del producto, con la finalidad de disminuir el impacto que estos generan en su ciclo de vida.
La implantación de esta herramienta gestiona una producción sostenible en todas sus fases: concepción, desarrollo, transporte y reciclaje. Todo ello, según recomendaciones de la ONU, ayuda de manera beneficiosa en la mejora de la calidad de vida de millones de personas, reduce la pobreza, aumenta la competitividad y abarata los costes económicos, ambientales y sociales.
Se cambia la premisa de economía lineal, basada en el principio de comprar, usar y tirar para centrarnos en la idea clave de economía circular, que permite que los productos gestionados gracias al ecodiseño terminen su vida útil en condiciones para adoptar nuevas funciones, gracias a la reducción, reciclado y reutilización.
Según diversas fuentes, de 6.831 medidas puestas por diferentes empresas españolas en los dos últimos años, que apoyan poniendo en marcha sus políticas medioambientales, 4.200 están dirigidas a minimizar la cantidad de materiales plásticos y otros materiales empleados en su producción.
Diseñar envases con materiales reciclados y fácilmente reciclables cobra fuerza y fomenta la circularidad de estos envases, apoyando la concienciación principal del consumidor final, para que este proceso este completamente unido.
Un envase diseñado con criterios de ecodiseño que se lleva implementando desde hace 20 años, puede reducir hasta un 80% su impacto ambiental, evitando el consumo de más de 9 millones de MWh de energía y evitando la emisión de 645.000 toneladas de CO2.
¿Cómo ECODISEÑAR?
- Analizar la geometría, utilidad y características que tiene que cumplir el producto.
- Visualizar el trasporte para ajustar medidas y posicionamiento de apilado, evitando hacer “viajes de aire”
- Adaptar las características requeridas, a un material y espesor que permita el reciclaje y su reutilización.
- Diseñar una geometría que posibilite una producción en la que se deseche el mínimo material posible.
- Reciclar el residuo material generado en el proceso productivo para cerrar el ciclo interno o bien ponerlo en manos de un gestor que lo convierta de nuevo en materia prima.
- Indicar de forma clara y precisa en el producto la posibilidad y forma de reciclarlo para que el usuario final pueda continuar el proceso de darle un uso posterior en vez de desecharlo de manera incorrecta.
- En el caso de que el residuo final esté demasiado degenerado para darle un nuevo uso, buscar una salida en procesos de cogeneración siempre que sea posible.
"El diseño crea cultura. La cultura moldea valores. Los valores determinan el futuro"
Robert L. Peters
